El cine deja huella. No solo el sello en lo que respecta al turismo, sino el sello en la gente. Por ejemplo, en los niños y en los jóvenes como motivador para los que quieren ser actores, actrices o pretenden seguir estudiando algo vinculado; es decir, dedicarse a la actividad cinematográfica, que es mundial.
Nos ayuda a potenciar nuestras riquezas naturales y culturales, pero también a generar trabajo en lo que respecta a esta industria y una demanda de equipos, de trabajadores, de actores durante las filmaciones.
Y, a posteriori, la promoción del lugar, de Iguazú en el mundo, con estas películas.

